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MACRON VS LE PEN, POR LA SOBERANÍA FRANCESA

¿Centro o extrema derecha? La pregunta que mantiene en vilo a Francia y que se definirá el próximo 24 de abril tiene su posible respuesta. Si bien Le Pen tuvo prósperos resultados durante la primera vuelta, las encuestas y los hechos indican que Macron tendría su reelección.


Por Lucila Cáceres

Cinco años más tarde se repite la misma historia. Parece que la sociedad francesa se cansó de la hegemónica competencia entre republicanos y socialistas y desde 2017, tras los atentados terroristas, opta por nuevas ideologías. Emmanuel Macron y Marine Le Pen vuelven a enfrentarse en un balotaje que a diferencia del pasado, este está bastante reñido. Aunque la brecha en la primera vuelta solo fue de 5 puntos, son los votantes de los partidos que quedaron fuera de carrera los que inclinarán la balanza. De 14 líderes de partidos perdedores, son 8 los que apoyaron abiertamente a Macron y 4 a Le Pen.


¿Pero por qué respaldar al actual presidente para su primera reelección? No hay que olvidar que durante su mandato ocurrieron varios hechos que es necesario remarcar. Un ejemplo es el movimiento de chalecos amarillos durante octubre, noviembre y diciembre de 2018, cuando un pequeño grupo radical salió a protestar por el alza del combustible, la injusticia fiscal y la pérdida de poder adquisitivo. Si bien se llevaron adelante políticas por parte del gobierno, hubo consecuencias tanto sanitarias, como económicas y sociales. Luego de aquellos episodios, la pandemia por Covid-19 tampoco dejó en excelente posición al líder francés dentro del sector de la sociedad que se negaba a vacunarse; el pase sanitario se volvió una obligación para circular e ingresar a lugares cerrados. A pesar de todo ello, las cifras económicas hacia el final de su gobierno son fructíferas y hoy se posiciona como la mejor opción entre los partidos políticos, quienes temen por el futuro del país occidental si Marine Le Pen llegara a la cima.


¿Cuáles son los objetivos de la candidata que provocan tanto temor? ¿Cómo se posiciona frente al electorado? Los extremos no suelen ser buenos, ni en términos políticos ni en la vida cotidiana. Marine Le Pen, al igual que Mélenchon, quien quedó en tercer lugar durante la primera vuelta en representación de la izquierda, poseen tajantes puntos de vista sobre la política francesa. Si bien para competir a la presidencia modificó su discurso de ultraderecha, Le Pen es xenófoba, nacionalista y partidaria de las ideas sectarias y de odio. Tal como su padre, Jean-Marie Le Pen, quien se presentó a las elecciones francesas de 2002 con antecedentes neonazis e ideales de la Francia de Vichy, regida por Philippe Pétain durante la ocupación del país frente a las fuerzas del Tercer Reich. Ante esta doctrina, si lograra llegar al Elíseo, la actual diputada de la Asamblea Nacional propone: reducir el IVA en apoyo a las empresas, bajar los impuestos de la energía, decretar la legítima defensa para los policías, construir nuevos sectores carcelarios, prohibir la reducción de penas y en la educación otorgarle un complemento salarial a los estudiantes que trabajan y estudian, entre otras cuestiones.


Sin embargo, sus planteos más polémicos están ligados a las relaciones internacionales, la migración y el medioambiente. En términos migratorios busca endurecer el control fronterizo para darle prioridad a los derechos de los ciudadanos franceses y reestablecer el crimen por estancia ilegal. No considera de relevancia al medioambiente, un factor que mueve muchos votantes en la actualidad y sin importar ello quiere terminar con los proyectos para promoción de energías renovables como los parques eólicos. De todas formas, el aspecto más preocupante de la candidata y que previo a las elecciones retractó, es su apoyo al gobierno de Vladimir Putin, su idea de salir de la OTAN y su resistencia a la Unión Europea. Si lograra salir victoriosa en las elecciones, se convertiría en la primera presidenta mujer del país europeo.


Frente a este panorama, son muchos los que tienen miedo de que esta vez Le Pen llegue al poder. Más aún si se tiene en cuenta que las movilizaciones en su contra durante el sábado no fueron masivas como años anteriores. No obstante, los principios de Macron sumados al apoyo de más de la mitad de los candidatos de primer vuelta, harán peso en el balotaje.


Aunque “La República en Marcha” demostró mediante acciones su posicionamiento liberal de centroderecha durante el primer mandato, la perspectiva de Emmanuel Macron desde los inicios del partido es que no se lo colocara en una única línea política, sino que se caracterizase por ser transpartidista con la posibilidad de que todos puedan ser miembros sin importar su posición de derecha, centro o izquierda. En estas elecciones busca reforzar ese concepto; su lema es “reconciliar antes que dividir, invertir en lo humano y batallar la República de mañana”. Con este propósito en mente, si triunfara el domingo, en lo económico retrasaría la edad de jubilación de los 62 a los 65 años a cambio de una retribución económica mensual, a diferencia de Le Pen que quiere rebajarla; impulsaría la Francia rural para obtener apoyo en esas áreas, ya que si bien su fama está en las ciudades, el campo no ha tenido grandes beneficios en su primer mandato; y, por último, pelearía contra el déficit fiscal y el desempleo, que igualmente se ha reducido desde que asumió en 2017. Además, entre los puntos más relevantes de su proyecto se encuentra la destinación de 15 millones de euros a la seguridad junto con el incremento de gendarmería en suburbios y áreas rurales, mientras que en la salud promete revisiones gratuitas a los 25, 45 y 50 años y un plan de salud mental junto a mejoras en materia de educación pública. Contrario a Le Pen, quiere intensificar su relación con la UE; no hay que olvidar que actualmente Macron es el presidente rotativo de la comunidad. En relación con la migración, coincide con la candidata de derecha en potenciar los controles inmigratorios, pero suma a su discurso el requerimiento de un examen de idioma para otorgar las residencias y aboga por acelerar los procesos de asilo de refugiados.


Ante ambas miradas del futuro francés, los encuestadores dicen que Macron tiene una ventaja de 5 puntos, aunque por primera vez en 50 años Le Pen tiene chances de ganar. Allí, el punto de inflexión para lograr el triunfo está en atraer a los izquierdistas, lo cual es un factor clave que ambos saben.


Los números de la primera vuelta demuestran que la cantidad de seguidores de “Francia Insumisa” está a un punto en desequilibrio con los de Le Pen, por lo que representan una gran fuerza que puede inclinar hacia un lado u otro la balanza. No obstante, es Macron quien tiene las de ganar frente al electorado de Mélenchon, no solo porque el líder populista pidió explícitamente al pueblo no dar ni un solo voto a favor a Le Pen, sino que además Macron intenta llamar su atención a través de promesas ecológicas, como el desarrollo de la energía nuclear, la agricultura biológica, vehículos híbridos y la producción local para evitar el uso de transgénicos en productos importados. Las ideas medioambientales se suman al objetivo de empatizar con los votantes y asegurarles la erradicación de la precariedad y la pobreza, cuestiones de suma importancia cuando las consecuencias de la guerra en Ucrania impacten en el país.


Le Pen, mientras tanto, se enfrenta a una mayor problemática. Más allá de reducir su extremismo para adecuarse a la realidad política, no tiene mucho más por hacer. Son pocos los ítems que la acercan con la ideología de Mélenchon; simplemente reducir el accionar de la OTAN, reformar el concepto de la UE y no subir la edad jubilatoria.


Sea como fuera, las abstenciones también tendrán su rol protagonista este domingo. Son muchos los electores que a lo largo de estos días han manifestado su descontento con los candidatos al balotaje ya que no ven más que dos caras de una misma moneda. “Ni uno ni el otro” se escuchaba en las calles francesas. El voto en blanco representaría un método de reclamo, hartazgo e indiferencia para con el manejo de la política y sus contrincantes.


De todas formas, según encuestas realizadas por diversos medios locales, el elegido por voto mayoritario será Macron. La Consultoría Kea Partners, por ejemplo, para el diario Les Echos, expuso que Le Pen obtendría un 47%, mientras que Macron ganaría con un 53%. Ifop-Fiducial, por otra parte, obtuvo un 51% versus un 49%, también con el líder de “La República en Marcha” como vencedor.


Las estadísticas marcan una victoria a favor del presidente de la República Francesa. Si bien esta vez la diferencia no será tan amplia, los números demuestran que se acerca la reelección. Sin embargo, el domingo se definirá aquello que tanta expectativa genera y el resultado del juego no estará en manos de ninguno de los dos candidatos. La pelota está en el campo de los ciudadanos franceses y aunque hay ciertas pistas de hacia dónde patearán, todo depende de ellos.

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