Por Delfina Menna
La agrupación asociada con la Unión Cívica Radical ha mantenido su popularidad en los centros de estudiantes de universidades públicas desde la vuelta a la democracia en 1983. El contexto de su ascenso al poder y los ideales que representaban en ese momento han permitido que, a casi 55 años de su fundación, la entidad continúe funcionando como un primer paso hacia la política para sus militantes.
En el marco de las elecciones universitarias por primera vez en tres años, el foco del ámbito político viró hacia el repudio debido a algunas consignas coreadas por la agrupación de la Universidad Nacional del Nordeste en la que deseaban la muerte de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Además, a principios de mayo se viralizaron las imágenes de la enorme bandera que leía "En defensa de la educación púbica", con la que marcharon por algunos minutos hasta la Asamblea Universitaria.
Franja Morada es la agrupación que conduce la Federación Universitaria Argentina (FUA) en mayor cantidad de ocasiones desde 1970 y ha ocupado la presidencia ininterrumpidamente desde 1983 hasta la actualidad. Sus militantes han incluído diputados, economistas, abogados y ministros de múltiples departamentos ejecutivos; entonces, ¿es posible que algunos de ellos ingresen a La Franja con el fin de poder llegar a la política nacional?
La Federación Universitaria Argentina es la entidad que nuclea a todos los estudiantes de las universidades públicas argentinas y los representa a nivel nacional. Sostener la presidencia de esta organización, fundada en 1918 poco antes de la reforma universitaria, permite que cada lista plantee y decida acciones con otras entidades de representación gremial y civil de acuerdo a sus intereses propios y a sus afiliaciones.
En el caso de Franja Morada, su asentamiento en la política universitaria comenzó con la vuelta a la democracia en 1983. Las primeras elecciones de centros de estudiantes de la Universidad de Buenos Aires fueron realizadas en 1983, y la agrupación radical se alzó con 8 de los 13 centros de estudiantes en juego, obteniendo más del 40% del total de votos y conquistando la presidencia de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).
En un momento donde los estudiantes cuestionaban los diferentes aspectos de la política universitaria de la dictadura y confluían con otras organizaciones que habían confrontado al gobierno militar, como las Madres de Plaza de Mayo, los discursos de los líderes de Franja Morada empalmaban con las ideas que sostuvo Raúl Alfonsín en la campaña electoral de 1983. Estos se caracterizaban por la “apelación a la democracia como la forma más legítima de resolución de problemas y conflictos” y un planteo análogo en relación a “dejar atrás el pasado”. De este modo, la hegemonía de FM en la UBA expresaba una percepción de los estudiantes no sólo con respecto a la realidad universitaria, sino en gran medida sobre la política nacional. Si a nivel nacional el hecho que reflejó estas transformaciones fue el triunfo de Raúl Alfonsín y la primera derrota del peronismo en elecciones presidenciales donde no estuviera proscripto; en la UBA el cambio se manifestó a partir de la nueva hegemonía de Franja Morada, el ascenso de los independientes y el declive de la izquierda y el peronismo.
Mientras medios como La Nación señalaban que “el resultado de esos comicios indica una crisis de los grupos de ultraizquierda”, otros como Clarín se preguntaban en los titulares había nacido una nueva forma de hacer política en las universidades y sostenían que: “Los estudiantes afirman que ha terminado el tiempo de la virulencia partidista y que ahora pueden militar en un clima maduro y adulto”. Estos artículos expresan un clima general muy distinto al de fines de los ’60 y principios de los ’70, décadas signadas por el ascenso de las fuerzas obreras y populares, de sectores del peronismo y en las que la juventud se radicalizaba.
A lo largo de su ya más de medio siglo de existencia, La Franja ha captado la atención y lealtad de figuras políticas y culturales nacionales de distintos ámbitos tales como: Enrique Nosiglia, quien entre 1983 y 1985 fue subsecretario de Salud y Acción Social durante el gobierno de Raúl Alfonsín y se desempeñó como Ministro del Interior entre 1987 y 1989; Ricardo López Murphy, quien presidió el Centro de Estudiantes de Económicas en la UNLP y luego fue ministro de Defensa, de Economía y de Infraestructura y Vivienda durante la presidencia de Fernando de la Rúa; y Josefina Mendoza, que en 2017 fue elegida diputada nacional por el radicalismo y dos años más tarde fue elegida como miembro de la conducción nacional de la UCR.
De esta forma, desde un inicio esta organización ha buscado no solo instalarse como fuerza impulsora del cambio, al referenciar la reforma universitaria, y de la democracia más adelante, al establecer una relación directa con los discursos de Raúl Alfonsín durante su candidatura y su presidencia más adelante. Entonces, ¿no se podría plantear que Franja Morada ha servido debido a la imagen que han construido como una primera plataforma a la política?
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