El talento queda relegado cuando la apariencia física se adueña de la pantalla grande.
Por María Sol Pena La lucha feminista intenta derrocar año tras año aquellos ideales que les fueron impuestos a las mujeres, y si bien hay un gran avance en torno a los estereotipos de belleza, es un conflicto que sigue presente. Hace tan sólo unos días se celebraban en Los Ángeles los Oscar, el evento más importante de la industria cinematográfica. Sin embargo, la relevancia de la gala quedó reducida en un hecho de violencia entre Will Smith y Chris Rock, cuando este último bromeó sobre la alopecia de su esposa, Jada Pinkett. Pareciera que lejos de cuestionar la violencia estética reproducida por Chris Rock, la gran repercusión fue la cachetada que le dio el actor al presentador. El hecho llevó al cuestionamiento de parte de foros y activistas feministas sobre el suceso y sobre el enfoque que le dieron los grandes medios de comunicación, invisibilizando lo que sufrió Jada. No es un hecho machista únicamente, porque una vez más a las mujeres se les imponen ciertos estereotipos a cumplir (y si no los cumplen, son un chiste) sino que también lo fue la respuesta del esposo de la actriz. Algunas voces opinaron que Smith debió haber dejado que ella misma se defendiera por sí sola. Al respecto, la escritora feminista, Esther Pineda, expresó a través de sus redes sociales una perspectiva interesante: “Como siempre, la atención y el protagonismo quedaron reducidos a los hombres y la violencia entre ellos”, empezó diciendo. Y añadió “Pero hablemos de cómo Chris Rock, quien produjo en 2009 el documental “Good hair” (Pelo bueno) y conoce muy bien la importancia del cabello para las mujeres negras en el contexto del racismo y la industria que se ha desarrollado en torno a éste (no es ignorancia), recurrió una vez más al anacrónico recurso de la ‘comedia’ para burlarse del físico de las personas”. Además agregó, “este es una claro ejemplo de cómo la belleza ha sido construida y erigida como un valor social, no importa si tienes fama o no, si tienes recursos económicos o no, si tienes acceso y visibilidad mediática o no. Si eres mujer, y más aún una mujer negra, estás siempre siendo juzgada y expuesta a ser violentada por tu apariencia física si por alguna razón no respondes a la expectativa de belleza que se ha construido para ti”. Según la revista US Weekly, Jada Pinkett habría dicho que su esposo “Lo exageró todo” y también habría lamentado que la situación terminará en algo “físico” entre Will y Chris Rock, demostrando que ella no quería ni necesitaba esa falsa protección de parte de su marido, “protección” que llevó a una trascendencia en torno a su relación y su enfermedad, empeorando la situación. Al mismo tiempo, la academia no se pronunció sobre la agresión de Chris Rock, sino que como siempre todo quedó reducido a la pelea entre dos hombres por la novia de uno. Suena a una historia repetida ¿no? Este hecho no es el único en el que una mujer fue discriminada por su apariencia física, y menos cuando están tan expuestas como sucede en la industria artística. Problemática mundial Un caso nacional que transcurrió hace varios años fue el de la corista Claudia Puyó con Fito Paez. En aquel momento, la cantante comentó a través de un programa en Radio Mitre que había sido discriminada por Fito cuando la excluyó de una gira por su peso. Claudia comentó: "Fue muy fuerte, [me dijeron] que bajara de peso", aseguró la mujer. "Páez dijo: bueno hija, tenemos que bajar seis kilitos", recordó, y se comparó irónicamente con una famosa cantante norteamericana: "¿Cómo? ¿A Aretha Franklin le hubiesen dicho lo mismo? Ya veo, onda: vos Aretha cantás muy bien, pero ¿me bajás unos kilitos?, porque sos una gorda y también sos negra", dijo. El cantautor intentó restarle importancia a lo sucedido: “Es muy sencillo: tuve una mala noche. No hay que darle ninguna importancia. Claudia es una amiga de todos, es una cantante maravillosa. Hubo un rato de confusión y nada más, ya está”, como si fuera un hecho menor, cuando en verdad son estos acontecimientos los que generan inseguridades en mujeres (y niñas) con un gran talento cuando quieren apostar por la industria musical. Otra artista afectada por el llamado “bodyshaming” fue Selena Gómez, cantante de pop. En 2015 se hizo conocida la noticia de que la cantautora sufría Lupus, una enfermedad que la llevó a tener varios cambios físicos en su vida: "se debe a la medicación que tengo que tomar para el resto de mi vida. Para ser honesta, depende incluso del mes. Y sí, me di cuenta cuando la gente empezó a atacarme por mi peso y me afectó muchísimo", explicó. Se le dio más importancia a su cambio físico que a la enfermedad que está padeciendo. Esto puede fácilmente relacionarse con una sección de historias que publicó hace unos meses la influencer conocida como “Sol Despeinada”, en donde mostró testimonios de varias jóvenes que, tras sufrir una enfermedad, habían bajado de peso y su entorno las había felicitado por ello. De este modo, quedan reflejados los estereotipos femeninos en la sociedad y la necesidad de ser flaca sin importar las consecuencias. Es cierto que cuanta más exposición tiene una figura más probabilidades hay para que sean criticadas por estas cuestiones, pero la realidad es que son problemáticas que sufren las mujeres en el mundo. En la actualidad son muchas las influencers que a través de las redes sociales generan concientización en relación a estas temáticas: desean un futuro menos tóxico para las adolescentes que están atravesando estas situaciones. Es el caso de Sol Carlos, tiktoker argentina, que invita a millones de usuarios a ser parte de un “movimiento de amor propio” y de respeto hacia todos, empezando por uno mismo. Los videos que produce e interpreta llevan a reflexionar sobre muchas cuestiones que socialmente están naturalizadas, pero que afectan de manera negativa el bienestar. Cuestiona por ejemplo el uso de la palabra “flaca” como sinónimo de “persona sana”, cuando en verdad puede que no lo sea, y también puede ser sana una persona que no se destaca por su delgadez. “Estamos viviendo un problema muy grande, mucha gente sufre en silencio por las presiones sociales y te conmueve. Creo que hay que apoyarse mutuamente, y vamos aprendiendo todos juntos. Esto que se generó en las redes me llena emocionalmente”, dijo la joven en una entrevista con TN. Otra de las activistas por el Body Positive es Agustina Cabaleiro, una influencer de redes, modelo, fotógrafa y licenciada en publicidad. En una entrevista con el medio “Destape Web” contó: "heredamos un canon de belleza súper europeo, blanco y cuerpos "esbeltos" y pequeños. Entonces es como que ser flaca no es sólo un mandato más, sino que para las mujeres es el peor mandato que podés romper. Eso hace que haya un gordo-odio, afecta a todas las identidades y todos los géneros. En la masculinidad hay como otra escapatoria, podés ser gracioso, podés tener plata para salvar esa "condición". Cuando sos mujer, todo está arruinado, tenés que adelgazar". Figuras como estas son las que destruyen esos prototipos de belleza que fueron impuestos décadas atrás, apelando por un futuro más inclusivo y justo para todas. El caso de Jada es uno más del montón, por eso es importante remarcarlo cuando se hace tan evidente para que no suceda más.
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